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El impacto de la temperatura de color en la iluminación: como elegir la adecuada para cada espacio

Por: Camila Martinez Calle

La temperatura de color en iluminación es un término que se utiliza para describir la apariencia de la luz en relación a una medida de temperatura, expresada en Kelvin (K). Esta medida nos permite describir el color de una fuente de luz de manera precisa. En este artículo, exploraremos el origen de la relación entre el color de la luz y los Kelvin, así como las ventajas y desventajas que cada uno presenta en función del espacio iluminado. #conluztodoesposible

¿Alguna vez te has encontrado con términos como 3000K, 4000K o 6000K y no sabes qué significan? Es probable que hayas escuchado hablar de ellos, pero quizás los reconozcas mejor como luz cálida, luz neutra o luz del día, y luz fría, respectivamente.

La razón detrás de estas diferencias en los conceptos radica en que la definición en kelvin (K) de la iluminación es un tanto técnica, mientras que las descripciones en términos de cálido, neutro o frío son más coloquiales y, a menudo, utilizadas en contextos comerciales.

Pero, ¿cómo surge esta relación entre los Kelvin y la luz? Todo comienza con el concepto de un cuerpo negro y su calentamiento. Un cuerpo negro es un objeto idealizado que absorbe toda la radiación incidente sobre él y emite esa misma radiación a una velocidad que depende de su temperatura. Los científicos han utilizado este concepto para explicar diversos fenómenos físicos, incluido el color de la luz.

Para hacerlo más sencillo, cuando un cuerpo negro recibe radiación y comienza a calentarse, su color deja de ser negro cuando alcanza los 3000K y se vuelve amarillo. A medida que continúa recibiendo radiación y sigue calentándose, su color cambia gradualmente, disminuyendo la intensidad del amarillo hasta llegar al blanco cuando alcanza los 4000K, que es lo que conocemos como luz neutra o luz del día, ya que se asemeja a la luz que percibimos del sol. Cuando la temperatura del objeto alcanza los 6000K, adquiere un color blanco más puro, y a medida que sigue recibiendo radiación, el cuerpo tiende a volverse más azul, incluso hasta tonos morados.

Asimismo, nosotros percibimos la luz en diferentes colores, y cada uno de ellos tiene un impacto en el espacio, las actividades y las personas que interactúan en él. Por lo general, cada fuente de luz tiene su propia temperatura de color. Sin embargo, en la actualidad, gracias a los avances tecnológicos, podemos encontrar luminarias LED que ofrecen más de una temperatura de color, como se puede observar en la imagen de abajo.

Seleccionar la temperatura de color adecuada para cada espacio no es una tarea tan sencilla como muchos pueden pensar. No se trata únicamente de una cuestión de preferencia personal. Es necesario tener en cuenta diversos factores y condiciones que cada temperatura de color nos ofrece.

Luz cálida (2700K-3000K)

Este rango de temperatura de color es comúnmente utilizado en ambientes residenciales, ya que crea una atmósfera acogedora. Es ideal para espacios en los que las personas desean relajarse, como spas, restaurantes y hoteles. La luz cálida invita a pasar tiempo en esos espacios, a compartir y a permanecer.

Luz Neutra o Luz día (3500K-4000K)

Este rango de temperatura de color se utiliza comúnmente en espacios comerciales y oficinas, ya que crea una atmósfera brillante y adecuada para trabajar. También es una temperatura ideal para proyectos de alumbrado público. La luz neutra fomenta la actividad sin alterar drásticamente el ciclo circadiano. Es ideal para espacios educativos, oficinas, tiendas retail e incluso algunas galerías donde se requiere una alta reproducción del color.

Luz fría (5000K- 6500K)

Este rango de temperatura de color es el más utilizado en la industria debido a que genera una sensación de ambiente fresco, lo que resulta apropiado para procesos productivos y bodegas, donde se busca mantener un entorno energético y brillante. También puede ser utilizada en espacios como gimnasios o lugares de entrenamiento deportivo.

Si bien estas son recomendaciones generales, es importante tener en cuenta que la elección de la temperatura de color también puede depender de las preferencias personales en términos de decoración, arquitectura, estilo e intenciones específicas de un espacio.

Es por eso que al seleccionar la temperatura adecuada para un proyecto, es necesario considerar diversos aspectos. En primer lugar, se deben tener en cuenta los aspectos funcionales del espacio. Por ejemplo, si se trata de un espacio de exhibición, una bodega, una casa o apartamento, o una oficina, cada uno de ellos tendrá requerimientos diferentes en cuanto a la temperatura de color.

Además, es importante considerar los aspectos psicológicos de los usuarios. Por ejemplo, el clima puede influir en la elección de la temperatura de color, ya que en lugares con clima frío suele ser más común utilizar luz cálida, mientras que en lugares con clima cálido se suele preferir la temperatura de color fría. También se debe tener en cuenta el tiempo de permanencia deseado en el espacio. Iluminar un restaurante de comida rápida, donde la rotación de personas es alta, es diferente a iluminar un restaurante de alta cocina, donde se busca que los clientes permanezcan y disfruten de la experiencia lentamente.

Por último, las preferencias personales también juegan un papel importante. Es fundamental considerar la estética y el mensaje que el propietario del espacio desea transmitir. Reconocer tanto los aspectos funcionales del espacio como los aspectos psicológicos de los usuarios es fundamental para lograr un proyecto exitoso

La invitación que hacemos hoy, pues creemos firmemente que CON LUZ TODO ES POSIBLE, es a que no todos los proyectos se deben solucionar con temperaturas de color frías (5000K-6500K), cada uno tiene sus necesidades y el éxito de ustedes como asesores de iluminación está en encontrar la temperatura ideal para cada caso.

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